viernes, 15 de julio de 2011

Wilfredo o Willy


Wilfredo, o Willy. Un asiduo de ACLO, ya lleva más de un par de años de conserje en la institución. Antes vivía en la misma estancia donde estamos trabajando. Le llaman “Handy” Wilfredo, o Willy el manitas. El tío se ha dedicado durante mucho tiempo a la mecánica, tocando en profundidad el campo de las baterías.
Nos explicaba en una de las varias y frecuentes visitas a nuestra sala de trabajo en la oficina, cómo se colocan las celdas dentro de una batería de carro, y cuántas celdas tienen según el voltaje. El trabajo ya es interesante, pero las visitas del parlanchín Wilfredo aportan la dosis necesaria de evasión. Cualquier mañana que no nos venga a visitar, pensaremos que algo le ha ocurrido a Wilfredo.
Es uno de esos que ha estudiado en la universidad de la vida, como Evo. Abriéndose a nosotros desde el primer momento, nos cuenta con calma pero sin cese sus experiencias vitales: electricista experimentado, su vida laboral le ha llevado desde Salta (norte de Argentina), a Buenos Aires, pasando por los selváticos departamentos bolivianos de Beni y Santa Cruz, donde en uno de sus  viajes como camionero los mosquitos casi acaban con su vida.
En una de las múltiples preguntas que le hacemos sobre política y actualidad, nos muestra su inclinación hacia Evo Morales: “haarto canchas, haarto puentes, haaarto escuelas...” Víctor le pregunta desde cuando gobierna Evo, y nos da un librillo con todos los presidentes de la República Plurinacional de Bolivia.
Nos hacemos una foto con Wilfredo, y se fija en la cámara de Iñigo: “oh, muy, linda cámara, te la cambio por un chancho”. Wilfredo, como podéis ver, es un tipo divertidísimo, extrovertido y muy afable.
“¿Donde dejaron sus esposas?”, nos pregunta Willy. Le decimos que el único con esposa es Íñigo. Nos lo decía en serio! Se extrañaba que no hubiéramos jurando ninguno de nosotros ante el altar, y nos dice, como si acabara de relacionar el suceso actual con otro igual de extraño, que Maria y Valentina, nuestras homólagas del año pasado, tampoco tenían maridos. Le decimos que a Iñigo le gustan los hombres: no había más que ver el rostro esupefacto que por un momento dibujaron sus facciones antes de percatarse de que bromeábamos! Palabra de Wilfredo, Sucre está lleno de boliches (discotecas), pero nos advierte: sin motocicleta, difícilmente llamaremos la atención de una sucreña. “Aquí muchas chicas con 16 ya tienen marido”.
Wilfredo nos confirma su forma polifacética de vivir la vida: también retransmite los partidos del Universitario en La Patria, la cancha del combinado de Sucre, y en Quechua!! Algo así como “Imainaya” significa “cómo estás” y “Imaina Sutyki” como te llamas.

“Permiso, me requieren”. Se marcha, pero tranquilos, hay Wilfredo “pa rato”. 
Un saludo, Albert.

1 comentario:

  1. m'encanten les vostres aventures bolivianes.
    records des de Managua, ciutat del caos. Demà ens evadim i marxem cap a Granada!

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