viernes, 5 de agosto de 2011

El altiplano: La tradición y la política institucional



El altiplano es por el momento y lo seguirá siendo durante mucho tiempo un lugar aislado. Una llanura rodeada de montañas de gran tamaño, con pocas y muy primarias carreteras que accedan a ella que facilitan el mantenimiento de culturas milenarias. Orografía e infraestructura dan buena cuenta de la autenticidad de estas tierras. La gran estepa del continente americano da cobijo a aimaras, quechuas, la pachamama, pichar coca, el tío de Potosí, paisajes vírgenes y costumbres de otra época entre otras cosas, que siguen impregnando cada segundo de la vida. 

Aquí la vida se rige por otras variables. Poca occidentalización y un fuerte componente identitario indígena marca la forma de actuar y ser de la gente. Para que os imaginéis y aunque solo sea la punta del iceberg, los zapatos son cosa de las nuevas generaciones. El boliviano indígena lleva sandalias y por mucho que vea a los cholos llevar zapatos, no cambiara sus costumbres. Sin embargo, sí que hay algo que me llama la atención en cuenta a similitudes con otros países del mundo. 

El sábado pasado acabamos en medio del altiplano contemplando un acto de inauguración de las obras de una carretera que conectara La Paz con la frontera chilena. Sorprendentemente lo que tenía que ser un simple acto de inauguración de una obras acabo degenerando en un mitin del MAS, donde casi se elevo a la santidad a Evo Morales, se llamo al control social de la empresa adjudicataria de la obra y se cargo contra el voto nulo en la elecciones judiciales entre otras cosas. El ambiente olía a sudor de salva patrias, personas que se creen moralmente superiores a los demás y que en su dogmatismo son incapaces de servir a su sociedad atendiendo a los matices que en ella abundan. En cierta forma el mitin daba la sensación de que en Bolivia si no estás con el MAS, partido gobernante, estás contra ellos.

Agitadores de este hecho los gobernantes realizaban discursos empleando dialécticas de bueno y malos, añadiendo fuertes dosis de populismo a sus discursos, con tal de meterse a las clases indígenas, próceres del cambio, en el bolsillo con tal de poder manejarlas a su antojo. Poco mensaje racional y kilos de emotividad e forma de mensajes panfletarios resumirían el acto.

Como veis no solo en España la política esta devaluada. Rubalcaba creyéndose el azote de los bancos o Rajoy el mesías que salvara a España sin programa alguno, no son nada diferentes a los políticos del mitin en el altiplano ¿Hay alguna honestidad en ellos más allá de los cálculos políticos? ¿Alguno de ellos tiene algo de coherencia y está dispuesto a llevar a cabo cosas por las que realmente cree sin importarle seguir en el poder? Se echan en falta políticos honrados y honestos que digan las cosas tal cual son, aunque todo sea dicho, dudo que la sociedad esté preparada para valorar a este perfil de políticos, al fin y al cabo principalmente somos una cuadrilla de pánfilos conformistas sin mucha más preocupaciones que nuestro ocio personal y privado.

1 comentario:

  1. Buenas bolivianos! Parece que el "o estás conmigo o contra mí" es algo generalizado en América Latina y centroamérica. De hecho, justo hoy lanzamos la encuesta del cuantitativo a los estudiantes para validar la hipótesis que no hay cultura de debate en Nicaragua. Los jóvenes no quieren entrar al juego del debate porque según ellos, aquí se ataca a las personas y no a las ideas. En cuanto al populismo, aquí vamos sobrados con el "comandante", fiel admirador de Chávez y traidor a la revolución de los pobres. Ganarse a unos cuantos a base de panfletos y ayudas para gobernarlos a todos sin un proyecto de país que saque a Nicaragua del pozo. Pero como bien dices, si en España tenemos lo que tenemos... de qué nos vamos a extrañar?! en fin, habrá que montar una revolución o algo jajaja. un abrazo!

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